Cuando los presos salían
de prisión, continuaban usando los pantalones caídos como forma de
reafirmar su imagen de tipos duros, convirtiendo poco a poco el estigma
en una señal de identidad. Los más jóvenes comenzaron a imitar ese
estilo, haciendo que con el tiempo, esa indumentaria dejara de ser
propia de quienes habían estado encarcelados o habían tenido que ver con
el crimen organizado.
Por aquellos años, la cultura del hip
hop comenzó a extenderse de los suburbios hacia el resto de los
Estados Unidos. Así, otros jóvenes también adoptaron dicho
estilo. Surgió así la indumentaria arquetípica de los raperos: pantalón
caído, ropa ancha, gorra ladeada, camiseta de basketbol, y sudadera con
capucha, elementos que además se acompañan de una forma de hablar,
moverse y elaborar rimas al estilo de la cultura popular negra.
Y de ahí, esta moda, que más bien es un
estilo de vida, se extendió alrededor del planeta. Diferentes culturas urbanas tienen el origen de sus pantalones
caídos en la prohibición de usar cinturones en las cárceles
estadounidenses.
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